Santiago de cali

Bajo la catedral y la plaza de Cayzedo reposan restos de 400 años de historia. Esta es una crónica narrada en una forma tal que los caleños podrán conocer.


En pleno centro de la ciudad de Cali, el de las históricas iglesias la Ermita, San Antonio, la plaza de Cayzedo y la Catedral de San Pedro, se comentan historias sobre tumbas y osamentas.


No solo aguas subterráneas recorren las entrañas entre las carreras 5.ª y 6.ª. y las calles 11 y 12.


Por debajo hay un túnel de más de medio kilómetro de largo con pasajes secretos que, según las leyendas, pueden llegar a alcanzar hasta los 100 metros de extensión.

Es una excavación que hace muchos años fue clausurado y cuya puerta pasa exactamente por debajo de la iglesia de San Pedro. El túnel avanza por lo menos, cinco cuadras hasta el Palacio nacional.


En estos pasajes ocultos, habría tumbas, y podría haber tesoros enterrados, que pertenecían a los conquistadores llegados de la península Ibérica.


Por debajo de la Iglesia posiblemente quedaron sepultadas algunas de las víctimas de una violenta toma de la catedral, cuando se celebraba la misa de gallo un 24 de diciembre del año 1876.


Por debajo esas calles pavimentadas, que diariamente lo cruzan más de 1.500 vehículos, se pueden encontrar aún tumbas del primer cementerio de Cali desde su fundación el 25 de julio de 1536.

Cuando la ciudad era apenas un pequeño pueblito de no más de 1.150 viviendas de techo hecho con paja y paredes de adobe y bahareque sobre calles sin pavimentar, eran solo tierra.


En ese desaparecido panteón quedaron los restos de los primeros habitantes de la ciudad en época de la Colonia, período iniciado en 1535, cuando Cali se habría trasteado desde la región de Yotoco.

Es un municipio situado en el centro del Valle del Cauca, hasta quedar oficialmente constituida en 1536 donde hoy en día encuentra ubicada.


Como los escritos en cartas capitulares del Archivo Histórico de la ciudad, y como lo cuentan algunos curas, que, en estos pasajes secretos, hay tumbas, y tesoros enterrados, escondidos por los conquistadores europeos, para tener dichas riquezas se libraron violentas batallas con derramamiento de sangre de campesinos, en ese camino desbocado por la Conquista hasta llegar a la Colonia.


Son cuentos que datan de hace más 400 años sobre el mundo poco explorado que hay detrás de los muros donde se encuentra el altar mayor de la catedral y tumbas con los restos de los sacerdotes, para luego descender por una antigua escalera hecha en madera, la cual quedó inutilizada después de sellara.


En este lugar comparten espacio los restos de:
Alberto Uribe Urdaneta Monseñor.
Eladio Perlaza Monseñor.
Lisandro Rodas Monseñor.
Isaías Duarte Cancino Monseñor.
Este último asesinado el 16 de marzo de 2002. Son las únicas tumbas que se pueden ver.


Según esos escritos capitulares, conforme iba progresando la época de la Colonia, también las persecuciones a quienes se rebelaban contra la Corona española.

Parece que el túnel habría sido, igualmente, una ruta de escape de las resistencias criollas para evitar ser fusilados.


Muchos de ellos eran familias reconocidas de la sociedad de Cali, el prócer Joaquín de Cayzedo y Cuero era uno de ello, que gestaron el primer Grito de Independencia de toda Colombia. Esto paso 17 días antes del que todo el territorio nacional en 1810.


No es claro quiénes fueron los autores del túnel y los pasajes secretos, en las cartas capitulares se puede concluir que las excavaciones habrían tomado forma entre 1560 y 1800.


Según historiadores de esta crónica no conocida, quizás el túnel comenzó a taparse cuando se ubicó la primera piedra de la catedral en 1772.


Mientras en la superficie la población, continuaba su vida normal en estos 4 siglos, acudiendo a las carpas de puestos del mercado que siempre hubo frente a la catedral donde está la plaza de Cayzedo, debajo se acumulaban unas 2.000 tumbas.

Según esas historias, debajo de la plazoleta que antes se llamaba plaza de la Constitución y igualmente debajo de la catedral también quedaron enterrados algunos de los muertos de una agresiva toma de la Catedral, u 24 de diciembre de 1876 en plena misa de gallo.


Esa revolución, con robos por toda la ciudad, fue parte de la guerra civil que a mitad de ese año iniciaron radicales y conservadores del Cauca y Antioquia, quienes se rebelaron en contra de una persecución religiosa y política del Gobierno.


Esas víctimas fueron personas, muchos de los cuales fueron enterrados en ese sector del corazón de Cali, por lo que el área se transformó en el cementerio oficial y el primero que tuvo la ciudad.


Después, entre los 1800 y 1900, a esas tumbas también se sumaron los restos de familias reconocidas como los Guerrero o los Zawadsky.


Igualmente, militares del siglo XIX fueron inhumados en esa zona de la Cali subterránea. Una prueba de esas historias fue las tumbas encontradas la reforma las mejoras que en 1960 fueron realizadas por la Arquidiócesis de Cali en la Iglesia san pedro.


Hay que tener cuenta que en sus muros habían huellas de los fuertes sismos que hubo en la ciudad.


Por ejemplo, el de 1867 que fue el más devastador y el de 1925 que se cayó la torre.


En el año de 1960, los cuerpos hallados fueron identificados por sus vestimentas y accesorios como los soldados muertos en 1800.


Desde esa época no se ha vuelto a conocer más tumbas y osamentas tampoco sobre el oro o riquezas de la era de la Conquista y la Colonia.


Hacen parte de las historias y leyendas que siguen vigentes y ocultas en ese profundo túnel de ciudad de Cali.

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